HANGAR Artists Residency, Lisbon, Portugal, January 2025  HANGAR Residencia de Artistas, Lisboa, Portugal, enero 2025







Cleopatra ha sido tantas veces representada que su imagen se ha desprendido de la historia para convertirse en mito. De faraona a ícono pop, su rostro —o la ausencia de él— es un reflejo de cada época que la ha imaginado. La Tumba Perdida de Cleopatra VII es un proyecto en desarrollo que explora esta construcción visual, a través de una  futura instalación multimedia que combina los códigos iconográficos del Antiguo Egipto inspirados en el Libro Egipcio de los Muertos con las múltiples versiones de la reina en la historia occidental.

Esta investigación comenzó con un vasto archivo digital: relieves, monedas, bustos, tapices, pinturas, cine, publicidad. Cleopatra como máscara infinita, proyectada en el tiempo sin un verdadero rostro. ¿Cómo se representa aquello que no se conoce? Esta obsesión visual hace de Cleopatra un objeto de estudio que trasciende su biografía personal y se convierte en una reflexión sobre temporalidad y poder.

Durante mi residencia en Hangar, visité diversas instituciones en Lisboa que marcaron mi proceso creativo. Entre ellas, la exposición ¡No dejes que el diablo las teja! en la galería Torreão Nascente da Cordoaria Nacional y la colección de tapices del Palacio Nacional de Ajuda. En estos estudios encontré un eco con mi archivo visual de Cleopatra, en particular con una serie de tapices belgas del siglo XVII titulados La historia de César y Cleopatra. A partir de esta referencia, reinterpreté una de esas piezas en un dibujo realizado con lápices de pastel seco sobre tela industrial, fusionando la dramática estética barroca flamenca con una versión cinematográfica de la reina de la película de animé japonesa Kureopatora (1970) proveniente de la icónica escena donde es introducida clandestinamente en los aposentos de Julio César dentro de una alfombra, y se despliega dramáticamente ante él.

En el open studio, exhibí esa pieza (aún en proceso) junto a una serie de dibujos realizados en Lisboa y en Chile, incluyendo amuletos egipcios, una figura de loza de Cleopatra producida en Staffordshire, el icónico traje de Isis usado por Liz Taylor en el cine y dos dibujos a carboncillo inspirados en la obra teatral César y Cleopatra de George Bernard Shaw (1925). Fragmentos de una historia que se pliega y despliega en cada representación. 
Cleopatra has been depicted so many times that her image has detached from history, becoming a myth. From pharaoh to pop icon, her face —or its absence— reflects each era that has imagined her. The Lost Tomb of Cleopatra VII is an ongoing project exploring this visual construction through a future multimedia installation that merges the iconographic codes of Ancient Egypt, inspired by the Egyptian Book of the Dead, with the many versions of the queen in Western history.

This research began with a vast digital archive: reliefs, coins, busts, tapestries, paintings, films, advertisements—Cleopatra as an endless mask, projected through time without a true face. How do we represent what we do not know? This visual obsession turns Cleopatra into a subject that transcends her personal biography, becoming a reflection on temporality and power.

During my residency at Hangar, I visited various institutions in Lisbon that influenced my creative process. Among them were the exhibition Don’t Let the Devil Weave Them! at the Torreão Nascente da Cordoaria Nacional gallery and the tapestry collection at the Palácio Nacional da Ajuda. These studies resonated with my visual archive of Cleopatra, particularly a series of 17th-century Belgian tapestries titled The Story of Caesar and Cleopatra. Drawing from this reference, I reinterpreted one of these pieces in a large-scale drawing using dry pastel pencils on industrial fabric, merging the dramatic Flemish Baroque aesthetic with a cinematic version of the queen from the 1970 Japanese anime film Kureopatora—specifically, the iconic scene where she is secretly delivered to Julius Caesar inside a rolled-up carpet, dramatically unfurling before him.

At the open studio, I exhibited this work-in-progress alongside a series of drawings made in Lisbon and Chile. These included Egyptian amulets, a Staffordshire ceramic figurine of Cleopatra, Liz Taylor’s iconic Isis costume from Cleopatra (1963), and two charcoal drawings inspired by George Bernard Shaw’s 1925 play Caesar and Cleopatra. Fragments of a history that folds and unfolds with each new representation.